El espejo
Hola. ¡Eh! Que pasa, no te asustes, soy un espejo. Tampoco te pongas loco. Veo que estás interesado en comprarme. Tengo que hablar con vos. No entendés nada, ya sé, viniste a esta casa de antigüedades a curiosear y me descubriste.
Bueno, te cuento que soy un espejo que trabajé en una tienda conocida de ropa, “La Imperial”, seguro la tenés registrada. Esa que está por calle Gûemes al 3564.
Aunque, mirá que yo tengo memoria y no recuerdo tu cara. Bueno, y vos, ¿para que querés un espejo?.
La verdad yo prefiero quedarme acá, estoy obsoleto, jubilado, cansado. Yo no se lo que la gente busca de mi. Estuve todos estos años analizando a las personas que se reflejaban en mi. Unos esperaban una respuesta a sus problemas, otros simplemente ver, y verse de otra forma, algo que yo les “regalara”, una nueva imagen. Algunos se enojaban conmigo porque no encontraban lo que esperaban, pero, que podía hacer yo. Había gente que venía y se ponía triste de lo que tenía enfrente, esperaban que yo hiciera milagros creo.
Tengo tantas anécdotas, uf, eh visto cada cosa... Bueno, mujeres, hombres, niños, flacos, gorditos, rubios, morochas, pelados, en fin, vi, de todo. Gente que se pasaba horas frente a mi, tratando de encontrar una imagen que no fuera la que estaba en este espejo, cosa que no ocurría. Parejitas que entraban al probador y se enroscaban en un abrazo, besito de acá, besito de allá...personajes que pasaban a medirse ropa y se camuflaban alguna cosita por debajo, cada ratero. Lo que nunca pude discernir, es eso que ustedes llaman belleza, lo lindo y lo feo, lo hermoso y lo horrible. Me di cuenta si, pero nunca lo entendí. ¿Quién juzga esto? Ese es una tarea que a veces me la adosaban a mi, ja, ¿y quién soy yo para decidir?.
Por eso, ahora quiero descansar, hice mi trabajo mientras me lo pidieron, alegré a algunos, entristecí a otros, otros se enojaron conmigo injustamente, en fin, eso es historia pasada. Preferiría que me dejes acá, y si estás interesado en comprar algo, te aconsejo el juego de tazas para té japonesas que están en aquel aparador, ¿lo ves?
Leo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario